El trabajo y manejo de nuestros sentimientos tiene un papel fundamental para nuestro desarrollo emocional y a la hora de forjar nuestra propia personalidad.

Sin embargo, su trabajo y estudio no ha tenido siempre un lugar en la escuela, ni se le ha dado la importancia que merece.

Dedicar tiempo al estudio de los sentimientos y darles un adecuado espacio educativo supone educar transmitiendo a nuestros alumnos la capacidad de conocerse, controlarse y aceptarse, no sólo a sí mismos, sino también al que tienen al lado.

Es importante educar en los sentimientos, para saber manejarlos, de manera que no sean los sentimientos los que nos manejen a nosotros. A través del cuento “Marlene se va…” pretendemos plantar una semilla que nos sirva de excusa para realizar todo este trabajo fundamental a la hora de educar a personas que sean capaces de comprender y enfrentarse a sí mismos y a la realidad que les rodea.

Junto con mi prima, María Larumbe (profesora de Primaria), hemos desarrollado unas unidades didácticas para facilitar el uso de este libro en las clases ya que sabemos por experiencia propia, que materiales de este tipo nos resultan muy útiles para enseñar a sentir.

Este material didáctico queda colgado en esta página para que cualquier profesor pueda utilizarlo.